Desde tiempo inmemorial La Horra es uno de los pueblos punteros en el cultivo y producción -por cantidad y calidad-, de los afamados vinos amparados hoy por la Denominación de Origen Ribera del Duero. Conocemos que ya en el siglo XIX se recolectaban más de 100.000 cántaras (1.600.000 litros) de vino al año, cantidad que actualmente se rebasa con creces como lo prueba el hecho de la existencia de 8 modernas bodegas en la localidad. Este producto es la principal fuente de ingresos de esta noble Villa en la que también tiene su importancia el cultivo de cereal.
Una buena parte del término municipal está ocupada por los montes de La Horra y de Villalobón, cubiertos de pinos principalmente, encinas, robles, enebros y otras especies. La historia de La horra corre pareja con la de nuestra vecina Roa que fue repoblada, con las tierras circundantes, por el Conde Munio Núñez en el año 912 el Califa Abderramán III y el gran Almanzor en el 983, asolaron esta zona haciendo huir a sus moradores, convirtiéndose la misma en tierra yerma y sin dueño, como lo había estado anteriormente, sujeta a las correrías de moros y cristianos hasta después de la muerte de Almanzor.
El año 1143 el Rey Alfonso VII el Emperador otorgó a Roa Carta de Fueros por la que donaba a sus pobladores, además de su Villa, otras 33 aldeas más, entre las que se relaciona calaforram (la actual La Horra). En este documento aparece escrito por primera vez el nombre de La Horra, según nuestras noticias. Con este privilegio Roa y sus aldeas pasaron a formar parte de la Extremadura castellana, como una Comunidad más de Villa y Tierra.
La Horra se liberó de la jurisdicción de Roa y adquirió su título de Villa, mediante Real Carta Ejecutoria de Exención de Jurisdicción, otorgada por el Rey Don Felipe V, fechada en La Granja de San Ildefonso el día 11 de julio de 1725, previo el consentimiento del Conde de Siruela, señor de estas tierras por entonces, y abono de 350.500 maravedíes de vellón a las arcas reales. A partir de dicha fecha nuestro pueblo ha venido escribiendo su propia historia, separada de Roa, hasta nuestros días.